Se llaman “esenciales” a todos los nutrientes que deben ser incluidos en la dieta porque no pueden ser producidos por nuestro propio cuerpo.
La vitamina A es una vitamina “liposoluble” (se disuelve en grasas) que juego un rol fundamental en los siguientes procesos:
- Favorece el crecimiento y desarrollo del esqueleto, sistema nervioso, corazón, riñones, ojos, páncreas y los pulmones del feto en gestación.
- Favorece un sistema inmunológico saludable y resistente a enfermedades de ojos, pulmones, intestinos y genitales.
- Ayuda en la salud reproductiva, tanto en hombres como en mujeres.
- Participa en el desarrollo de la piel.
- Reduce la aparición de acné.
- Necesaria para el desarrollo de los huesos.
- Reduce el riesgo de fracturas.
- Ayuda a evitar el deterioro de la visión por uso excesivo de pantallas de teléfono y/o computador y/o por la edad.
- Reducir los riesgos de padecer algunos tipos de cáncer como de cuello utero, pulmón, vejiga y linfoma de Hodgkin.
Habitualmente, la deficiencia de vitamina A podría está asociada a:
- Mayor riesgo de enfermedades respiratorias.
- Infecciones.
- Anemia.
- Ceguera nocturna.
- Piel de naranja.
- Caída del cabello.
- Uñas quebradizas.
- Fatiga.
La vitamina A se encuentra en forma natural en los siguientes alimentos:
- Salmón
- Hígado de vacuno (100% aportan más de un 500% de la dosis diaria recomendada) y otras vísceras.
- Verduras como zanahorias, espinacas y brócoli (siempre y cuando no se cocinen excesivamente) y zapallo.
- Frutas como melón, mangos y damascos.
- Lácteos como leche y queso.
- Cereales y huevos.
Si no obtienes las vitaminas necesarias y en la cantidad adecuada a partir de tu alimentación necesitas suplementar.
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