Cuando se habla de Vitamina C se asume que existe una sola. Pero como lo hemos explicado con anterioridad, la realidad es que se puede encontrar en distintas formas: Ácido Ascórbico, Ascorbato de Sodio y Liposomal. Cada una entrega ventajas y desventajas al organismo, lo importante es conocerlas bien para decidir qué formato de Vitamina C es la más adecuada para ti.
Una de las grandes diferencias radica en la manera en cada una de ellas es absorbida por el cuerpo (biodisponibilidad).
De las tres, la Vitamina C intravenosa es la que tiene una biodisponibilidad del 100% porque se inyecta en el torrente sanguíneo y de ahí pasa directo a las células.
La Vitamina C regular, la que solemos tomamos vía oral, en dosis inferiores a 200 mg tiene una biodisponibilidad cercana al 100%. Sin embargo, a medida que se aumenta la dosis se reduce la capacidad de absorción en el intestino y el exceso se elimina del organismo. Por ejemplo, con una dosis de 1.000 mg, la biodisponibilidad puede disminuir hasta un 50%; el resto se bota por la orina. Dicho de otra forma, mientras más alta sea la concentración de Vitamina C en la pastilla, menos la absorbe el cuerpo.
Entre la de mayor y la de menor biodisponibilidad se encuentra la Vitamina C Liposomal que posee una biodisponibilidad de un 80% a 90% en comparación con la vitamina C regular y esto se debe a que el ácido ascórbico está encapsulado en un liposoma (fosfolípido) que lo protege de la degradación y permite que pase directo de los intestinos al torrente sanguíneo y de ahí a las células. Recordemos que las membranas de las células están formadas por fosfolípidos.
Si vas a tomar Vitamina C, considera que la VITAMINA C LIPOSOMAL PUREWAY-C es lo más cercano a la vitamina C intravenosa, sin las complicaciones de tener que conseguir una orden médica, buscar a un especialista que la aplique, la espera, el pinchazo y el costo.
Deje un comentario